miércoles, 25 de febrero de 2009

EQUILIBRIO (Relato oriental)

Según cuentas las leyendas, a mediados del siglo V después de Cristo en Lung-tsai, una minúscula y humilde aldea de la antigua china, aconteció una historia sencilla y no especialmente importante que, a pesar de ello, dejo una profunda huella en las gentes que allí habitaban.
Pai Yuan y Li feng eran dos amigos de la infancia, se conocían desde los cuatro años y durante toda su vida habían compartido alegrías y tristezas, triunfos y fracasos, cultivaban juntos la tierra e incluso compartían al mismo maestro, el venerable Lin-Shin, con el cual se habían entregado con pasión al sublime arte del Kung-fu y al letal Watojutsu (manejo de katana).
Todo cambiaría por completo cuando la banda de Nakamura saqueo la casa de Li feng y le prendió fuego con su mujer e hijos dentro, al volver de sus labores en el campo y encontrarse ese perverso asesinato, todo el mundo de Li feng se desplomo ante el, primero llego la confusión, luego la angustia, después el desespero y por último una tristeza y un odio infinitos. Desde ese mismo instante Li feng dejo de ser Li feng, la alegría se esfumo velozmente de su corazón, su rostro pareció envejecer diez años en un solo instante, y lo peor de todo, ahora eran el odio y la frustración quienes guiaban todos sus pasos.
Nakamura siempre firmaba con sangre sus saqueos en el árbol mas cercano al hogar usurpado, Li feng conocía a todos los miembros de esa sádica banda y en su mente ya solo existía una palabra “venganza”. Su buen amigo Pai Yuan y su maestro Lin-Shin le aconsejaron una y mil veces que no lo hiciera.
-Estimado Li feng, sabes de sobra que la venganza es el sendero de los ignorantes y de los débiles de espíritu.
-Maestro, yo soy débil, e intentado ser fuerte pero no puedo, soy débil y necesito aplacar de algún modo este odio atroz.
-¿Crees que la venganza apagara la llama de tu odio?
-No lo se, pero ya no me queda nada por perder.
De este modo Li feng desoyó todo consejo y se marcho al oscuro bosque de Ki-lin donde se entreno día y noche sin descanso durante semanas. Finalmente volvió a Lung-tsai y descuartizo con su katana de un modo absolutamente inhumano a todos y cada uno de los miembros de la banda de Nakamura.
Pasaron los días y como el maestro Lin-Shin le había dicho, el odio y la frustración seguían arrastrándose lánguidamente por su interior, nuevamente el y su viejo amigo Pai Yuan trataron de consolar y de insuflarle renovadas fuerzas al dolido espíritu de Li feng, pero no parecía existir consuelo alguno para el joven viudo.
-Li viejo amigo, el único consuelo posible esta en tu interior, búscalo, busca la voluntad luminosa que siempre has tenido.
-Yo ya no tengo absolutamente nada en mi interior.
-¿Cómo que no? recuerda las enseñanzas del maestro, cada uno de nosotros tiene una copia exacta del universo en su interior ,y en ella duerme una voluntad esplendorosa que te permitirá celebrar la vida a cada instante.
-Eso era antes, ahora estoy hueco, ya no me sirve ninguna enseñanza del maestro, ya no quiero estar en comunidad con el universo, el universo es cruel e inhumano, y yo ya no puedo aguantar mas dolor, reniego de lo que soy, quiero volver al origen, quiero desaparecer, quiero ser nada, vacío, cero.
A los pocos días abandono la vieja aldea que le vio nacer y se dedico a vagar por el mundo en busca de algo que nunca encontró, el tiempo pasaba y la paz se alejaba cada vez mas de su alma dolorida. Lucho encarecidamente por hacer frente a su dolor, ingreso en un templo Shaolin, soporto con suma fortaleza el ascetismo que allí se impartía, puso toda su voluntad en la meditación, trato una y mil veces de recuperar nuevamente la fe en sí mismo, pero como resultado solo obtuvo dolor, dolor, odio y frustración, algo inhumano e inmensamente malévolo parecía haber clavado sus garras en el centro de su alma, Li feng ya nunca jamás volvería a ser Li feng.
Una noche oscura como ya nadie recuerda, su desasosiego, cual trágico guía, le obligo a huir del templo Shaolin y le lanzo una vez mas a vagar y vagar por el mundo. Pasaron los años y lo único que Li feng parecía querer buscar ya, era la muerte. En ese momento el siempre imprevisto destino quiso que nuestro desconsolado protagonista fuese a recaer en la cima de la montaña frente a la vieja cueva del legendario Chang Sung, también conocido como el maestro oscuro. Hacía mucho tiempo que Li feng no conversaba con nadie y decidió contarle su trágica historia a ese desconocido que había aparecido ante el.
-Joven, tu historia es triste como pocas y tu sendero en la vida parece haber sido lúgubre y espinoso como el mismísimo abismo. Es posible que solo mi propia historia supere en suplicios y dolores a lo ahora relatado. Pero... eso ha de darte fuerza, el odio es una fuerza desbocada de la naturaleza, y la angustia es un caos sagrado que puede elevarte sobre la tierra. Piénsalo bien joven, pareces muy inteligente, solo tienes que saber canalizar eso que sientes.
Chang Sung era una antigua y confusa leyenda en la que ya casi nadie creía, se exilio a la montaña con tan solo veinte años después de que en una cruenta batalla pereciese toda su familia. Todos le creían muerto, pero no lo estaba, inexplicablemente su odio y su angustia lo habían mantenido con vida durante mas de cien años, hecho que le hizo digno del sobrenombre de maestro oscuro. Li feng se sintió inmediatamente identificado por la figura de tan enigmático personaje, y pronto empezó a absorber con pasión las utilidades de la maldad que este le impartió con mano firme.
Con el paso de los años nuestro protagonista se fue haciendo mas y mas fuerte, el odio y todas las dolorosas miserias de su interior seguían estando allí, pero ahora había conseguido aceptarlas e incluso disfrutarlas, en sus ojos latía el origen mismo del mal. A pesar de la admiración y el agradecimiento que sentía hacía Chang Sung, Li Feng decidió que no deseaba llevar la vida ermitaña de su maestro, por lo tanto una fría mañana al despuntar el sol se marcho dejando tan solo una escueta nota de agradecimiento, únicamente un deseo ocupaba su mente, dejar que el mal fluyese placidamente a su alrededor. Para ello tomo una decisión que buena fe daba de su nueva naturaleza maligna, se convirtió en un ninja, en un antihéroe, en una gacela negra sin escrúpulo alguno, y empezó a saquear pequeños pueblos al caer la noche, nadie podía ver su rostro, pero quien osaba mirarle a los ojos, niño o anciano, era cruelmente asesinado. Con ello conseguía dinero, comida y vía libre para que su espíritu demoníaco actuase.
Poco a poco fue saqueando multitud de pueblos y aldeas, hasta que una noche apareció en su Lung-Tsai natal, y ningún minúsculo sentimiento de tristeza o añoranza nació en su corazón al observar desde lo alto de un árbol la placida aldea que le vio nacer, esa noche saqueo casi la mitad de las viviendas dejando impunes la de su antiguo amigo de la infancia Pai Yuan y la de su maestro Lin-Shin, a la llegada del alba se escondió en el bosque a esperar el nuevo anochecer.
Al instante de observar sus fechorías maestro y alumno intuyeron que se trataba de su viejo amigo Li Feng.
-Estimado Pai Yuan nuestro añorado Li Feng ha vuelto y por lo visto no se ha dejado vencer por el odio.
-¿De verdad cree maestro que alguien que hace todo este mal no es un esclavo del odio?
-Créeme humilde Pai Yuan, por lo poco que llegue a conocer del alma de Li Feng, el odio para el es solo un arma, lo utiliza, como lo utilizaría el mismísimo mal.
-No consigo comprenderlo maestro, no consigo tener plena conciencia de lo que es el mal.
-No te esfuerces buen amigo eres demasiado bondadoso para poder apreciarlo, pero como siempre te he dicho, hasta el mayor de los virtuosos ha de conocer el mal, solo hay radica el verdadero equilibrio.
-Quizá ahora tenga oportunidad de comprenderlo.
La noche siguiente, el malévolo ninja volvió a surcar el cielo de árbol en árbol y a romper con su katana la paz que reinaba en los hogares. Pero de repente ceso sus saqueos, ante el tenía la vivienda de Yu San, su amado abuelo, se quedo inmóvil, acto seguido se escondió, se despojo de su vestimenta y toco a la puerta, cuando abrió, el venerable anciano se quedo petrificado, como si hubiese visto a un fantasma, inmediatamente le abrazo con efusividad, Li Feng llego a mostrar cierto cariño, llevaba años sin hacerlo, el anciano le invito a pasar, ambos sabían que algo no iba bien.
Nadie supo nunca porque aquel hombre reencarnado como el autentico mal, trato de buscar algo de aprecio en los brazos de su olvidado abuelo, quizá pretendía demostrarse a sí mismo que ya no existía bondad alguna en su interior. Lo cierto es que se sentaron y se miraron cara a cara sin saber que decirse, en ese momento llamaron a la puerta, Li Feng sonrió.
-Conozco esa manera de tocar.
Se levanto y abrió, era Pai Yuan, los dos amigos inseparables que tantos momentos habían compartido juntos se volvían a encontrar, un huracán de recuerdos y de sentimientos encontrados golpeo sus corazones.
-Li Feng, Li Feng viejo amigo, no sabes cuanto te he añorado, sabía que estarías aquí.
-Y yo sabía que vendrías, pasa.
Ahora eran tres alrededor de la mesa, Pai Yuan estaba emocionado, deseoso de hablar, sin embargo Li Feng se mostraba austero y parco en palabras, el viejo Yu San sirvió tres vasos de licor de Kao Liang.
-Estimado Li Feng, se que tu eres el causante de los destrozos acontecidos la última noche, se que tu eres el siniestro ninja que aterroriza a las gentes dondequiera que va. Has de parar eso amigo mío, no tiene sentido, ¿Por qué lo haces?
-Nunca podrías entenderlo, tu bondad te limita, eres un espíritu sumamente débil, vosotros los bondadosos sois como una peste, llegara el día en que todos perezcáis sobre la tierra.
-Te oigo, te veo, pero no te conozco, eres tu el que no entiende, la maldad es lo que limita, es el odio quien debilita al espíritu, despierta viejo amigo, abandona el sendero de la ignorancia.
Lentamente la conversación fue engendrando una atmósfera de desasosiego y tensión en la que ya se hacía difícil incluso respirar, los dos amigos iban dejando de serlo con cada palabra que salía de sus labios, Yu San escuchaba cabizbajo. Pasados los minutos, todo estallo, Li Feng se bebió su licor de un trago y reto a Pai Yuan a un duelo a katana, este hizo lo mismo y asintió con la cabeza, salieron a la calle, el anciano no hizo nada, de fondo Lung-Tsai dormía silenciosa.
El combate fue sanguinario a la par que hermoso, como en una danza letal chocaron sus katanas una y otra vez, la técnica de cada uno era sencillamente perfecta, no parecía que fuese a haber un vencedor, cada uno dio salto hacía atrás, se miraron cara a cara, pero de repente...
-¡¡Aaahh!! ¡¡¿Qué es esto?!!.
-¡¡¿Qué está ocurriendo?, ¿qué es este dolor?!!
-¡¡No veo nada!!
Los dos combatientes soltaron sus armas y se llevaron las manos a los ojos, no podían dar crédito a lo que les estaba ocurriendo, se habían quedado ciegos, justo en ese instante Chang Sung, el maestro oscuro, salió del interior de la casa.
-No es hermoso anciano, el bien y el mal cegados por su propia ignorancia ja, ja.
-Si maestro, ya te dije que mi licor envenenado era infalible, la pasión los ha convertido en estúpidas marionetas, tienen el final que se merecen.
Li Feng y Pai Yuan se tambaleaban de un lado para otro confusos y temerosos, Chang Sung se acerco, los empujo y cogió una de las katanas.
-¡¡Esclavos, huid, bastardos ignorantes marchaos lejos de aquí, vagad por el mundo, un mundo que jamás volveréis a ver!!.
-¡¡Tu, traidor endemoniado ¿por qué me has hecho esto? yo te respetaba!!
Li Feng reconoció enseguida la voz de su antiguo maestro.
-¡¡Ja ja, con que tu me respetabas, pues yo te he utilizado desde el mismo instante en que te vi aparecer por mi morada, y ahora huid, desaparecer, que esta aldea os recuerde para siempre como unos esclavos de vuestro propio ego, ja ja!!
Tras unos segundos de aturdimiento, los dos viejos amigos de la infancia comenzaron a caminar torpemente hacía el bosque de Ki-lin donde tanto habían compartido en sus primeros años de vida, pronto se perdieron entre las ramas de los árboles. Pasaron los años y por increíble que parezca nada mas se supo de ellos, ni de Chang Sung, ni del anciano Yu San.
El venerable Lin-Shin trato de buscar a sus antiguos alumnos por cielo, mar y tierra, intento sin descanso dar caza al perverso maestro oscuro, y siempre mantenía su katana afilada para el traidor de Yu San, pero jamás encontró a nadie, a pesar de su sabiduría nunca consiguió comprender plenamente lo que había ocurrido, nunca llego a asimilar por que actuaron de ese modo, la naturaleza humana se le seguía mostrando como un enigma imposible de resolver, aunque gracias a el esta sencilla y extraña historia fue pasando de generación en generación hasta llegar a nuestros días.
Ilustraciones de Vicente Damián Fernández, Texto de Moisés Rocamora