sábado, 2 de octubre de 2010

El abismo errante

Hace tiempo ya que lo decidí, mi interior sigue azotado por el miedo, el miedo a una vida dura y áspera como una roca, el miedo a lo desconocido, pero es precisamente este miedo lo que hace arder mi alma, lo que me hace sentir irremediablemente vivo.
Se que todos sufristeis mucho durante mi secuestro, todo ocurrió muy rápido, los piratas surgieron de la nada, deslizándose sobre “el abismo errante” partieron en dos la penumbra de la noche. De entre todos me eligieron a mi, quizá por mi aspecto de muchacho de la nobleza, supusieron que podrían obtener una buena suma por mi rescate, y no se equivocaron.
Las negociaciones fueron difíciles, pase algo mas de tres meses entre piratas, entre los habitantes del “abismo errante”, se que os esforzasteis mucho, y también se que no alcanzareis a comprender mi decisión, pero aun así os merecéis una explicación.
El tiempo que pase en el navío ha cambiado mi vida para siempre, no cabe duda de que una naturaleza distinta y una predisposición hacía los instintos mas salvajes siempre ha dormido en mi interior, de mis allegados es bien sabida, a pesar de vuestros esfuerzos por ocultarla, mi afición al vino a las prostitutas y a cualquier forma de expresión artística. Todas estas circunstancias fueron propiciando el profundo cambio que ha sufrido todo mi ser, estos piratas, la tripulación de Ed “ojos de tigre” y sobretodo el propio Ed, no son seres humanos al uso, al menos no como vosotros, no como la gente que se arrastra por nuestras ciudades, tampoco son como el resto de piratas. Estos seres son personas libres, espontáneas, impulsivas, pasionales, viven celebrando su existencia a cada instante, entre ellos hay una extraña hermandad que ha terminado cautivándome por completo.
En ningún momento me trataron como su esclavo, ni tampoco me obligaron a convertirme en uno de ellos, fueron las acciones, las miradas y la forma de comportarse de Ed y los suyos los que me hicieron despertar. Ellos siguen otra forma de vida, una forma de vida que creo mas razonable que la vuestra, nunca matan a nadie a no ser que sea totalmente necesario, obtienen el oro de nobles o reyes, son muy sencillos no ostentan nada, se alimentan principalmente de la pesca, tienen islas secretas en las que conviven en total armonía, son libres.
Aunque en realidad, pienso que lo me ha hecho tomar esta decisión, es su equilibrio, o como el bueno de Jack Spencer me dijo su “aceptación de la oscuridad, del abismo, de nuestra condición de abismos errantes“.
Hemos hecho cosas a las que vosotros nunca podríais encontrarle ningún tipo de sentido. Una vez por semana organizábamos peleas, nos enzarzábamos en combates a puñetazos y patadas, dejábamos que la sangre corriese por nuestros cuerpos desnudos, ¿y para que? Pues para sentirnos vivos, libres, fuertes. Todas las mañanas realizábamos ejercicios físicos y practicábamos el arte del sable, Ed “ojos de tigre” decía que el hombre siempre ha de estar alerta pues cada día es una nueva batalla, muchas noches bebíamos ron hasta perder el sentido arropados tan solo por el cielo estrellado, aceptábamos la oscuridad de nuestro interior y tratábamos de aprender de ella.
Pensareis que me he vuelto loco, no soy quien para juzgaros, en ocasiones no alcanzo a entender lo que me motiva a actuar así, pero a pesar de todo, pienso que he de dejarlo en libertad, no quiero la vida que podéis ofrecerme, he de seguir mi camino, en dos días volveré a embarcar en el “abismo errante”, seré un pirata durante un tiempo y luego… dejare que la luz y la oscuridad que guardo en mi interior me muestren el camino.


Ilustración y texto: Moisés Rocamora.