A lo largo de su vida. Puma Plateado no recordaba
una noche como la que estaba viviendo. Si conseguía dormirse, las pesadillas se
superponían en su mente una tras otra, un miedo punzante le comprimía la boca
del estomago. Pero, sobretodo, lo que convirtió aquella noche en un infierno
para el guerrero fue el sentimiento de culpa, un sentimiento que caía como una
losa sobre él, encogiéndole el corazón y absorbiéndole la vida.
“Mañana
al despuntar el alba iniciaremos vuestra aniquilación”. Las palabras del gigantesco e imperturbable Krake,
que así se llamaba la mano derecha de “El Pastor”, se habían convertido en un
mantra obsesivo que su mente le repetía una y otra vez. Todo era por su culpa. “Nunca se puede bajar la guardia. Mientras
estamos vivos tenemos que luchar por controlar las emociones. Reprimir las
emociones nos mata, pero domarlas nos da equilibrio. Tu no supiste domar tu
deseo y ahora todos sufriremos las consecuencias.” El sacerdote de la tribu
tenía razón, el deseo irrefrenable de Puma Plateado por conseguir tocar y
hablar con la mujer de La Zona había conducido al asentamiento de Novus Alis a
una batalla que se intuía brutal y cruel.
El nuevo día empezó a hacer realidad los más
oscuros presagios. Con la salida del sol, un ejército de vigías cubrió el
horizonte, se acercaban al asentamiento con paso firme y veloz. En la pequeña y
humilde tribu de Nuevos Animales tan solo había siete guerreros contando a Puma
Plateado. Varios hombres y mujeres encargados del cultivo de la tierra, el
sanador y dos jóvenes aprendices de sacerdotisa se ofrecieron también para
entrar en combate y proteger el asentamiento. En total consiguieron reunir un
grupo de treinta. Treinta Novus Alis frente a unos dos mil Vigías, un halo de
muerte y destrucción casi podía intuirse colmando el ambiente.
El estruendoso golpe del hacha de Puma Plateado
contra el torso de un vigía, rompió violentamente el silencio matinal. La
batalla había empezado. En apenas unos segundos, la atmosfera se cubrió de una
ensordecedora mezcolanza de gritos, quejidos y el sonido chirriante del metal
al ser resquebrajado. A pesar de encontrarse en apabullante minoría, los
treinta Novus Alis lucharon con una determinación y un valor inauditos.
Posiblemente muriesen todos ese día, pero morirían luchando.
Mientras tanto. El frenesí de la batalla hizo que
algo empezase a cambiar sutilmente en lo más hondo de Puma Plateado. De un modo
casi imperceptible, el guerrero empezó a sentirse uno con todo lo que le
rodeaba, mas despierto, más concentrado, más fluido. El movimiento continuo y
la adrenalina expulsada en el combate alumbraron en nuestro protagonista una
emoción nunca antes experimentada de unidad y armonía. Allí, sumergido en una
letal y brutal danza, mientras descuartizaba sin piedad alguna cientos de
vigías en mitad del desierto, se sintió como parte activa de un universo
infinito.
Momentos después. El poder de todas estas
emociones engendradas por la brutalidad de la batalla, le condujeron hacía una
revelación. En mitad del caos más inhumano, nuestro protagonista se topo con
una certeza, con un camino a seguir, con un propósito para su vida. Hasta ahora
su existencia había sido placida y serena, austera y sencilla. Su instrucción
como guerrero insuflo a su devenir por el mundo una fuerte dosis de equilibrio
y fuerza. Pero, desde hacía ya bastante tiempo, algo en lo más hondo de su
fuero interno le decía que esto no era suficiente. Su vida se había estancado,
las garras sigilosas de la rutina habían empezado a robarle la magia y la
emoción al día a día. Acción, necesitaba acción, fe, una certeza incorruptible,
un destino claro y diáfano hacía el cual dirigirse con paso firme, una
convicción capaz de tensar todos los músculos de su cuerpo.
De este modo, de la estruendosa jauría de la
batalla e incentivado por todo lo vivido en los últimos días; el propósito broto
resplandeciente y enérgico para nuestro protagonista: desde ese día su misión
sería provocar un despertar en todos los habitantes de La Zona, liberarlos,
hacerlos conscientes. Evitar que sigan viviendo por mera inercia, asesinando su
pasión, dándole la espalda a su naturaleza esencial. Estaba en su mano, en el
se conjugaban la entereza, la fuerza y la convicción necesarias para llevar a
cabo una empresa de esta envergadura. Su destino era, pues, devolverles las
riendas de su propia vida a los adormecidos habitantes de la mega-urbe. Pudo
sentir como una fe pura, inquebrantable e irracional activaba todas las
partículas de su cuerpo.
Al mismo tiempo, la guerra continuaba incesante. A
pesar de la fuerza y el valor con la que luchaban, los Novus Alis perdían
posiciones de un modo vertiginoso frente a los implacables vigías. Uno tras
otro, los habitantes del asentamiento iban pereciendo ante la superioridad de
los robots. Lentamente se iban acercando a las últimas posiciones, donde se
habían refugiado los niños y los ancianos. Puma Plateado y los guerreros supervivientes
trataron de impedir su avance, pero solo consiguieron frenarlo durante un
tiempo.
Horas después, el paisaje era desolador. Todo el
poblado de Novus Alis había sido arrasado. Únicamente Puma Plateado y dos
guerreros más se mantenían en pie. El Nuevo Animal lanzo la vista atrás y
sintió como su espíritu se encogía preso del dolor, sus amigos, sus seres
queridos, todo su pueblo yacía mutilado a sus espaldas. Estoicamente, reprimió
sus lágrimas, apretó los dientes y cerro los puños mientras clavaba su mirada
en los dos guerreros supervivientes. Acto seguido lanzó un grito estruendoso al
ancho cielo y se lanzó como un autentico huracán desbocado hacía los vigías.
Contagiados por esa furia inabarcable, los otros dos
guerreros, Turk de fuego (El turk era un ave gigantesca descendiente de las
antiguas águilas) y el Caminante formaron junto a nuestro protagonista una
letal e imparable trinidad que empezó a dejar
a su paso montones de metal y cables. Solo eran tres, pero los Novus
Alis ganaban posiciones de un modo apabullante frente a unos vigías que no
podían frenarlos. El odio y la sed de venganza que movía a los guerreros era algo
de lo que carecían los robots.
De pronto, en mitad del ensordecedor caos en el
que estaban sumergidos los tres supervivientes se escucho un fuerte grito.
-¡¡Posición
de descanso. La batalla ha finalizado!!
De entre el tumulto de vigías apareció el gigantesco
Krake, a su lado, maniatada y temblorosa se encontraba la mujer de triste
mirada, la raíz de todas las obsesiones de Puma Plateado la mujer que,
inconscientemente, dio comienzo a la guerra. El joven guerrero se quedo
petrificado.
-No
esperaba menos de vosotros. El Pastor, jefe supremo de la Zona, me ha hablado
en repetidas ocasiones de la fiereza y la pasión con la que los Novus Alis se
entregan a la lucha. Je, la misma pasión, supongo, que os ha llevado a romper
el pacto de no acercamiento e iniciar esta guerra del todo innecesaria.
Turk de fuego y el Caminante observaron de reojo a
Puma Plateado, este sintió como una repentina pesadumbre se apoderaba de su
cuerpo. A pesar del noble y poderoso propósito que se ha ido gestando en su
interior, a pesar de que se sintiese guiado por las mas loables y puras
intenciones. Lo cierto es que su forma de actuar, impulsiva e incontrolada
había llevado a su pueblo a la destrucción. Y esto era algo que viviría con él
para siempre.
-¿A qué
has venido? ¿Qué pretendes?
-Afrontar
la realidad muchachos. Vuestra resistencia es digna de elogio. Pero si
levantáis la mirada al frente veréis que mis vigías siguen ocupando el
horizonte. La Zona ha ganado la batalla. Y eso es precisamente lo que me ha
traído aquí. Soy el vencedor y todo vencedor necesita un trofeo. Quizá, una
decapitación publica del salvaje que oso traspasar los muros de la Zona fuese
un más que merecido premio.
Si te
niegas a venir conmigo la que será decapitada será ella. La bella y civilizada
mujer que robo el corazón del impulsivo salvaje. Ja ja. Que historia tan
bonita.
La pesadumbre dio paso al pavor y a la impotencia
en el tumultuoso interior de Puma Plateado. Los leves sollozos y la mirada
temerosa con la que la mujer lo observaba hacían que su corazón latiese frenéticamente.
Su inconsciencia se había cobrado ya demasiadas vidas. Tras unos segundos que
se le antojaron eternos, el guerrero tuvo, de pronto, una idea, era el momento
de usar la inteligencia en lugar de la fuerza bruta.
Puma plateado propuso un trato a Krake. Se
enfrentarían en un duelo cuerpo a cuerpo, si la mano derecha del pastor ganaba
se llevaría la cabeza de Puma Plateado, pero si este ganaba, la mujer quedaba
en libertad.
Lenta y sutilmente el Novus Alis fue convenciendo
a Krake. Con serenidad y entereza fue embaucándolo hasta hacerle ver que ese
duelo era la única opción posible para resolver este problema.
-A ojos
del pastor no tendría ningún merito capturarme con estos métodos. Utilizando
una indefensa y aturdida persona que nunca ha traspasado los muros de la Zona
como cebo. Eso no sería más que vencer con un chantaje. No sería una victoria
plena, sería la victoria de un cobarde. Es más digno y loable luchar en un
duelo en igualdad de condiciones, cuerpo a cuerpo, sin armas. El valor colma de
dignidad al ser humano y la dignidad es lo único que nos puede hacer perdurar
en el recuerdo tras nuestra muerte.
Las palabras del salvaje fueron penetrando
lentamente en el interior del imperturbable Krake. Algo en su interior le decía
que el guerrero trataba de llevarlo a su terreno, pero, en el fondo, ardía en
deseos de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. De modo que, finalmente, acepto el
duelo.
El potente grito del Caminante puso en marcha el
combate. Tras un intenso cruce de miradas, los dos combatientes se abalanzaron
el uno sobre el otro. Durante unos segundos permanecieron atenazados mientras
se agarraban por los hombros tratando de derribarse. La potencia que emanaba
del choque casi podía entreverse flotando por el ambiente. Una poderosa patada
de Puma Plateado los separo bruscamente. El golpe lanzó a Krake varios metros
de distancia, de un modo inmediato se incorporo con una furia indescriptible en
la mirada.
A continuación, la mano derecha de El Pastor
descargo toda su cólera sobre el Novus Alis. De un modo frenético fue lanzando
sobre él una autentica lluvia de puñetazos. Sin embargo, con una velocidad casi
espasmódica el salvaje guerrero fue esquivando uno tras otro los feroces
ataques de su adversario.
La táctica era simple y clara. Dejar que el
gigante se fuese quedando sin fuerzas poco a poco y después pasar al ataque.
Sin embargo, Krake parecía incansable. Minutos después, uno de sus potentes
puñetazos se incrusto en el estomago de Puma Plateado, un gemido sordo broto
del salvaje. Tras quedarse encogido durante unos segundos, el nuevo animal
comprendió que era el momento de pasar a la acción.
Los minutos siguientes fueron de una brutalidad y de una intensidad como nadie de los allí
presentes había visto jamás. Saltos, patadas, puñetazos, gritos y ráfagas de
sangre invadieron todo el espacio. Las fuerzas entre ambos parecían totalmente
equilibradas. Sin embargo, de un modo muy progresivo podía percibirse como Puma
Plateado iba ganando terreno poco a poco. Un abrasador deseo de venganza se
expandía desde sus entrañas hasta poseer todo su cuerpo.
Al poco tiempo. Una potente patada del Novus Alis
en la cabeza del gigante, hizo a este caer desplomado al suelo. Acto seguido,
el guerrero le cogió una daga a Turk de fuego puso su cuerpo sobre el de Krake
y le clavo el arma en un lado del estomago.
-Vaya.
Fíjate hasta donde me ha llevado mi pasión. Me ha llevado a conseguir la
victoria sobre la mano derecha de El Pastor. Y ahora. Je. Solo tienes dos
opciones; Puedes pedirle a tus robots que te lleven velozmente a la Zona a
curar la herida, con lo cual vivirías el resto de tu vida con el deshonor de la
derrota. O, puedes quedarte aquí y esperar a la muerte.
El gigante lo miro fijamente. La furia que surgía
de su semblante minutos antes se había convertido ahora en impotencia. Puma
Plateado se puso en pie y lanzo una mirada a Turk de fuego y al Caminante.
-Nada nos
ata aquí, lo mejor será abandonar este sitio.
Acto seguido, el Novus Alis se acerco a la mujer
de triste mirada.
-En lo
más profundo de tu ser. Eres consciente de que ya no puedes volver a la Zona.
Después de lo que has visto y sentido hoy aquí. Ya no hay vuelta atrás.
Los tres guerreros iniciaron su marcha sin destino
concreto, segundos después, la mujer de triste mirada se unió a ellos. Atrás
quedo el derrotado Krake con su ejército de vigías.
Esta batalla había finalizado, pero Puma Plateado
no olvidaba que, ahora, tenía un propósito.
Texto e ilustración: MoisESROCAmora