jueves, 10 de octubre de 2013

Novus Alis (3 -El propósito-)


A lo largo de su vida. Puma Plateado no recordaba una noche como la que estaba viviendo. Si conseguía dormirse, las pesadillas se superponían en su mente una tras otra, un miedo punzante le comprimía la boca del estomago. Pero, sobretodo, lo que convirtió aquella noche en un infierno para el guerrero fue el sentimiento de culpa, un sentimiento que caía como una losa sobre él, encogiéndole el corazón y absorbiéndole la vida.
“Mañana al despuntar el alba iniciaremos vuestra aniquilación”. Las palabras del gigantesco e imperturbable Krake, que así se llamaba la mano derecha de “El Pastor”, se habían convertido en un mantra obsesivo que su mente le repetía una y otra vez. Todo era por su culpa. “Nunca se puede bajar la guardia. Mientras estamos vivos tenemos que luchar por controlar las emociones. Reprimir las emociones nos mata, pero domarlas nos da equilibrio. Tu no supiste domar tu deseo y ahora todos sufriremos las consecuencias.” El sacerdote de la tribu tenía razón, el deseo irrefrenable de Puma Plateado por conseguir tocar y hablar con la mujer de La Zona había conducido al asentamiento de Novus Alis a una batalla que se intuía brutal y cruel.
El nuevo día empezó a hacer realidad los más oscuros presagios. Con la salida del sol, un ejército de vigías cubrió el horizonte, se acercaban al asentamiento con paso firme y veloz. En la pequeña y humilde tribu de Nuevos Animales tan solo había siete guerreros contando a Puma Plateado. Varios hombres y mujeres encargados del cultivo de la tierra, el sanador y dos jóvenes aprendices de sacerdotisa se ofrecieron también para entrar en combate y proteger el asentamiento. En total consiguieron reunir un grupo de treinta. Treinta Novus Alis frente a unos dos mil Vigías, un halo de muerte y destrucción casi podía intuirse colmando el ambiente.
El estruendoso golpe del hacha de Puma Plateado contra el torso de un vigía, rompió violentamente el silencio matinal. La batalla había empezado. En apenas unos segundos, la atmosfera se cubrió de una ensordecedora mezcolanza de gritos, quejidos y el sonido chirriante del metal al ser resquebrajado. A pesar de encontrarse en apabullante minoría, los treinta Novus Alis lucharon con una determinación y un valor inauditos. Posiblemente muriesen todos ese día, pero morirían luchando.
Mientras tanto. El frenesí de la batalla hizo que algo empezase a cambiar sutilmente en lo más hondo de Puma Plateado. De un modo casi imperceptible, el guerrero empezó a sentirse uno con todo lo que le rodeaba, mas despierto, más concentrado, más fluido. El movimiento continuo y la adrenalina expulsada en el combate alumbraron en nuestro protagonista una emoción nunca antes experimentada de unidad y armonía. Allí, sumergido en una letal y brutal danza, mientras descuartizaba sin piedad alguna cientos de vigías en mitad del desierto, se sintió como parte activa de un universo infinito.
Momentos después. El poder de todas estas emociones engendradas por la brutalidad de la batalla, le condujeron hacía una revelación. En mitad del caos más inhumano, nuestro protagonista se topo con una certeza, con un camino a seguir, con un propósito para su vida. Hasta ahora su existencia había sido placida y serena, austera y sencilla. Su instrucción como guerrero insuflo a su devenir por el mundo una fuerte dosis de equilibrio y fuerza. Pero, desde hacía ya bastante tiempo, algo en lo más hondo de su fuero interno le decía que esto no era suficiente. Su vida se había estancado, las garras sigilosas de la rutina habían empezado a robarle la magia y la emoción al día a día. Acción, necesitaba acción, fe, una certeza incorruptible, un destino claro y diáfano hacía el cual dirigirse con paso firme, una convicción capaz de tensar todos los músculos de su cuerpo.
De este modo, de la estruendosa jauría de la batalla e incentivado por todo lo vivido en los últimos días; el propósito broto resplandeciente y enérgico para nuestro protagonista: desde ese día su misión sería provocar un despertar en todos los habitantes de La Zona, liberarlos, hacerlos conscientes. Evitar que sigan viviendo por mera inercia, asesinando su pasión, dándole la espalda a su naturaleza esencial. Estaba en su mano, en el se conjugaban la entereza, la fuerza y la convicción necesarias para llevar a cabo una empresa de esta envergadura. Su destino era, pues, devolverles las riendas de su propia vida a los adormecidos habitantes de la mega-urbe. Pudo sentir como una fe pura, inquebrantable e irracional activaba todas las partículas de su cuerpo.
Al mismo tiempo, la guerra continuaba incesante. A pesar de la fuerza y el valor con la que luchaban, los Novus Alis perdían posiciones de un modo vertiginoso frente a los implacables vigías. Uno tras otro, los habitantes del asentamiento iban pereciendo ante la superioridad de los robots. Lentamente se iban acercando a las últimas posiciones, donde se habían refugiado los niños y los ancianos. Puma Plateado y los guerreros supervivientes trataron de impedir su avance, pero solo consiguieron frenarlo durante un tiempo.
Horas después, el paisaje era desolador. Todo el poblado de Novus Alis había sido arrasado. Únicamente Puma Plateado y dos guerreros más se mantenían en pie. El Nuevo Animal lanzo la vista atrás y sintió como su espíritu se encogía preso del dolor, sus amigos, sus seres queridos, todo su pueblo yacía mutilado a sus espaldas. Estoicamente, reprimió sus lágrimas, apretó los dientes y cerro los puños mientras clavaba su mirada en los dos guerreros supervivientes. Acto seguido lanzó un grito estruendoso al ancho cielo y se lanzó como un autentico huracán desbocado hacía los vigías.
Contagiados por esa furia inabarcable, los otros dos guerreros, Turk de fuego (El turk era un ave gigantesca descendiente de las antiguas águilas) y el Caminante formaron junto a nuestro protagonista una letal e imparable trinidad que empezó a dejar  a su paso montones de metal y cables. Solo eran tres, pero los Novus Alis ganaban posiciones de un modo apabullante frente a unos vigías que no podían frenarlos. El odio y la sed de venganza que movía a los guerreros era algo de lo que carecían los robots.
De pronto, en mitad del ensordecedor caos en el que estaban sumergidos los tres supervivientes se escucho un fuerte grito.
-¡¡Posición de descanso. La batalla ha finalizado!!
De entre el tumulto de vigías apareció el gigantesco Krake, a su lado, maniatada y temblorosa se encontraba la mujer de triste mirada, la raíz de todas las obsesiones de Puma Plateado la mujer que, inconscientemente, dio comienzo a la guerra. El joven guerrero se quedo petrificado.
-No esperaba menos de vosotros. El Pastor, jefe supremo de la Zona, me ha hablado en repetidas ocasiones de la fiereza y la pasión con la que los Novus Alis se entregan a la lucha. Je, la misma pasión, supongo, que os ha llevado a romper el pacto de no acercamiento e iniciar esta guerra del todo innecesaria.
Turk de fuego y el Caminante observaron de reojo a Puma Plateado, este sintió como una repentina pesadumbre se apoderaba de su cuerpo. A pesar del noble y poderoso propósito que se ha ido gestando en su interior, a pesar de que se sintiese guiado por las mas loables y puras intenciones. Lo cierto es que su forma de actuar, impulsiva e incontrolada había llevado a su pueblo a la destrucción. Y esto era algo que viviría con él para siempre.
-¿A qué has venido? ¿Qué pretendes?
-Afrontar la realidad muchachos. Vuestra resistencia es digna de elogio. Pero si levantáis la mirada al frente veréis que mis vigías siguen ocupando el horizonte. La Zona ha ganado la batalla. Y eso es precisamente lo que me ha traído aquí. Soy el vencedor y todo vencedor necesita un trofeo. Quizá, una decapitación publica del salvaje que oso traspasar los muros de la Zona fuese un más que merecido premio.
Si te niegas a venir conmigo la que será decapitada será ella. La bella y civilizada mujer que robo el corazón del impulsivo salvaje. Ja ja. Que historia tan bonita.
La pesadumbre dio paso al pavor y a la impotencia en el tumultuoso interior de Puma Plateado. Los leves sollozos y la mirada temerosa con la que la mujer lo observaba hacían que su corazón latiese frenéticamente. Su inconsciencia se había cobrado ya demasiadas vidas. Tras unos segundos que se le antojaron eternos, el guerrero tuvo, de pronto, una idea, era el momento de usar la inteligencia en lugar de la fuerza bruta.
Puma plateado propuso un trato a Krake. Se enfrentarían en un duelo cuerpo a cuerpo, si la mano derecha del pastor ganaba se llevaría la cabeza de Puma Plateado, pero si este ganaba, la mujer quedaba en libertad.
Lenta y sutilmente el Novus Alis fue convenciendo a Krake. Con serenidad y entereza fue embaucándolo hasta hacerle ver que ese duelo era la única opción posible para resolver este problema.
-A ojos del pastor no tendría ningún merito capturarme con estos métodos. Utilizando una indefensa y aturdida persona que nunca ha traspasado los muros de la Zona como cebo. Eso no sería más que vencer con un chantaje. No sería una victoria plena, sería la victoria de un cobarde. Es más digno y loable luchar en un duelo en igualdad de condiciones, cuerpo a cuerpo, sin armas. El valor colma de dignidad al ser humano y la dignidad es lo único que nos puede hacer perdurar en el recuerdo tras nuestra muerte.
Las palabras del salvaje fueron penetrando lentamente en el interior del imperturbable Krake. Algo en su interior le decía que el guerrero trataba de llevarlo a su terreno, pero, en el fondo, ardía en deseos de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. De modo que, finalmente, acepto el duelo.
El potente grito del Caminante puso en marcha el combate. Tras un intenso cruce de miradas, los dos combatientes se abalanzaron el uno sobre el otro. Durante unos segundos permanecieron atenazados mientras se agarraban por los hombros tratando de derribarse. La potencia que emanaba del choque casi podía entreverse flotando por el ambiente. Una poderosa patada de Puma Plateado los separo bruscamente. El golpe lanzó a Krake varios metros de distancia, de un modo inmediato se incorporo con una furia indescriptible en la mirada.
A continuación, la mano derecha de El Pastor descargo toda su cólera sobre el Novus Alis. De un modo frenético fue lanzando sobre él una autentica lluvia de puñetazos. Sin embargo, con una velocidad casi espasmódica el salvaje guerrero fue esquivando uno tras otro los feroces ataques de su adversario.
La táctica era simple y clara. Dejar que el gigante se fuese quedando sin fuerzas poco a poco y después pasar al ataque. Sin embargo, Krake parecía incansable. Minutos después, uno de sus potentes puñetazos se incrusto en el estomago de Puma Plateado, un gemido sordo broto del salvaje. Tras quedarse encogido durante unos segundos, el nuevo animal comprendió que era el momento de pasar a la acción.
Los minutos siguientes fueron de una brutalidad y de  una intensidad como nadie de los allí presentes había visto jamás. Saltos, patadas, puñetazos, gritos y ráfagas de sangre invadieron todo el espacio. Las fuerzas entre ambos parecían totalmente equilibradas. Sin embargo, de un modo muy progresivo podía percibirse como Puma Plateado iba ganando terreno poco a poco. Un abrasador deseo de venganza se expandía desde sus entrañas hasta poseer todo su cuerpo.
Al poco tiempo. Una potente patada del Novus Alis en la cabeza del gigante, hizo a este caer desplomado al suelo. Acto seguido, el guerrero le cogió una daga a Turk de fuego puso su cuerpo sobre el de Krake y le clavo el arma en un lado del estomago.
-Vaya. Fíjate hasta donde me ha llevado mi pasión. Me ha llevado a conseguir la victoria sobre la mano derecha de El Pastor. Y ahora. Je. Solo tienes dos opciones; Puedes pedirle a tus robots que te lleven velozmente a la Zona a curar la herida, con lo cual vivirías el resto de tu vida con el deshonor de la derrota. O, puedes quedarte aquí y esperar a la muerte.
El gigante lo miro fijamente. La furia que surgía de su semblante minutos antes se había convertido ahora en impotencia. Puma Plateado se puso en pie y lanzo una mirada a Turk de fuego y al Caminante.
-Nada nos ata aquí, lo mejor será abandonar este sitio.
Acto seguido, el Novus Alis se acerco a la mujer de triste mirada.
-En lo más profundo de tu ser. Eres consciente de que ya no puedes volver a la Zona. Después de lo que has visto y sentido hoy aquí. Ya no hay vuelta atrás.
Los tres guerreros iniciaron su marcha sin destino concreto, segundos después, la mujer de triste mirada se unió a ellos. Atrás quedo el derrotado Krake con su ejército de vigías.

Esta batalla había finalizado, pero Puma Plateado no olvidaba que, ahora, tenía un propósito.

Texto e ilustración: MoisESROCAmora

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